La idea de que la inteligencia artificial (IA) reemplazará por completo el trabajo humano es una angustia de las personas que ha sido debatida desde hace décadas. Si bien es cierto que la IA ha realizado avances significativos en los últimos años, su impacto en el mercado laboral no será una catástrofe, incluso, esta se convertirá en una herramienta más que aliviará la carga de trabajo humano y ayudará a tener mejores resultados.
La IA como tecnología puede ser programada para realizar tareas puntuales y operativas de manera eficiente y precisa, tal como clasificar y realizar análisis complejos de conjuntos de datos para identificar patrones y tendencias, procesar grandes cantidades de información en poco tiempo y producir soluciones eficientes, pero esta herramienta no tiene la capacidad de profundizar ni interpretar emociones o contextos sociales, no puede replicar la complejidad y la riqueza de la experiencia humana y tampoco puede tomar decisiones éticas usando juicio propio pues carece de conocimiento de fondo y contexto, análisis y pensamiento creativo y estratégico, por lo que es importante tener muy en cuenta que esta tecnología no va a sustituir el trabajo humano, pero si se encargará de apoyarlo para mejorar el desempeño de los procesos y posibilitar la efectividad de los mismos.
La especialidad de la IA es precisamente ayudar a los trabajadores a realizar tareas repetitivas, liberándolos para que puedan enfocarse en tareas más creativas y que exigen dedicación. Por ejemplo, un caso relevante es el de los abogados, en lugar de estar durante horas leyendo y revisando documentos legales, pueden utilizar esta herramienta para identificar rápidamente los temas clave y concentrarse en resolver el caso desde la argumentación. De esta manera, se puede mejorar la eficiencia y la productividad. Cada que se desarrolla y se expande esta tecnología, surgirán nuevas oportunidades de trabajo relacionadas con la programación, el mantenimiento e incluso, la ética, dando funcionalidades y avances, pero también control y supervisión a las herramientas.
¿Los humanos trabajamos para la inteligencia artificial o ella para nosotros?
La IA puede ser utilizada para impulsar el trabajo humano, pero también es cierto que el ser humano puede impulsar el trabajo de la inteligencia artificial, proporcionandoatos de entrenamiento para los algoritmos de aprendizaje automático, diseñando sistemas y supervisando funcionalidades para garantizar que estén trabajando correctamente.
Por otro lado, el apoyo desde la automatización de esta herramienta puede permitir que los humanos nos centremos en tareas de mayor entrega, como resolver problemas y tomar decisiones estratégicas. Los humanos podemos hacer uso de nuestro criterio y desde los conocimientos podemos evaluar los resultados de la IA y tomar decisiones en consecuencia. Lo cual significa que ambos tenemos el potencial de complementarnos mutuamente para la evolución laboral y mejores resultados.
Cabe recordar que la IA es una herramienta creada por humanos y, por lo tanto, está predispuesta a nuestros prejuicios y límites, por lo que es necesario que nosotros sigamos siendo responsables de la creación y el uso de la tecnología, asegurándonos de que sea ética y beneficie a la sociedad en su conjunto.
“La inteligencia artificial no tiene ética y valores, quienes deben agregar esa perspectiva desde los valores, somos los humanos que utilizamos la herramienta, ya que esta se guía de la información que está disponible libremente para quienes están navegando en la web, la IA se guía de la información en internet, lo cual hace que la herramienta no sea neutral, estamos trabajando para que tenga preferencias individuales dentro de limites amplios.” mencionó Sam Altman CEO de ChatGPT.
Es cierto que la tecnología ha cambiado el mundo en el que vivimos y continuará evolucionando, por eso, es importante que nos adaptemos, estemos en constante aprendizaje y desarrollo de nuestras habilidades, no solo para mantenernos relevantes en el mercado laboral, si no para convivir e incluso programar los valores de estas herramientas en pro de la sociedad en general. La tecnología se desarrolla para mejorar nuestras vidas y es nuestro deber y responsabilidad encontrar formas de aprovecharla de manera positiva y ética en favor de todos los seres humanos.