Aunque parezca increíble, las altas emisiones de CO2 que se han liberado a la atmósfera a lo largo de los años, han incidido directamente en la vida marina, pues la absorción de estas altas concentraciones de dióxido de carbono disminuye el pH del océano. A este proceso que se ha dado a lo largo del tiempo se le conoce como acidificación de los océanos y tiene fuertes consecuencias para los ecosistemas marinos. Acá te contamos algunas de sus consecuencias.
Cuando el CO2 es absorbido por el océano se produce una reacción química que forma ácido carbónico y que libera iones de hidrógeno, haciendo que el pH del agua disminuya y por esto sea más ácida.
Este proceso provoca que haya una reducción de iones de carbonato, por lo que se genera un problema en las calcificaciones marinas, como los corales, crustáceos y moluscos, que necesitan de estos iones de carbonato para construir sus conchas y esqueletos.
El fitoplancton, que es la base de la cadena alimenticia marina, se ve afectada por esta insuficiencia, poniendo en riesgo a una parte considerable de la vida animal y vegetal en los océanos.
Por esta y mil razones más, debemos seguir cumpliendo el objetivo de reducir nuestra huella de carbono. Cada grano de arena que aportes, será de gran ayuda para repoblar los ecosistemas marinos como los arrecifes o las playas que visitas en familia.
¿Sabes cómo puedes reducir tu huella?
Siendo consciente en tu movilidad, buscando alternativas sostenibles para desplazarte, usando tu bicicleta, compartiendo tu carro, usando transporte público, caminando y usando Appimotion para que midas el impacto ambiental de tus desplazamientos.